Jueves semana 30ª Tiempo Ordinario (27 octubre 2016)

De Corazón a corazón: Efes 6,10-20 (“Empuñad en todas las ocasiones el escudo de la fe… Tomad la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios”); Lc 13,31-35 ("No cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén… ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!")

Contemplación, vivencia, misión: Cuando la “religión” se convierte en un “ídolo”, a modo de expresión de la propia autosuficiencia, se cometen grandes disparates. Dios nos habla de Corazón a corazón, contándonos y comunicándonos su intimidad, porque nos ama con amor de “madre”. Espera de nosotros una aceptación relacional: el corazón se abre a su persona, a su amor, a su mensaje, tal como es. Entonces la fe es un conocimiento “vivido” e interrelacional, un don, que emana de escuchar la Palabra de Dios movidos por su Espíritu de amor. “Aferrémonos fuertemente a esta fe sencilla de la Santa Madre de Dios; pidámosle que nos enseñe a regresar siempre a Jesús y a darle gracias por los innumerables beneficios de su misericordia” (Papa Francisco, 9.10.16)

*Corazón misericordioso de María, memoria de la Iglesia: En Jerusalén, María “ofreció” a Jesús niño en el templo; allí también tuvo que buscarle dolorosamente cuando se había “perdido”. Pero su corazón estuvo siempre abierto a la sorpresa de Dios que se nos revela definitivamente en Cristo su Hijo.

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