Sábado después de Ceniza (16 febrero 2013)

De Corazón a corazón: Is 58,9-14 («Si repartes al hambriento tu pan… te deleitarás en el Señor»); Lc 5,27-32 (En casa de Mateo: «No he venido a llamar a la conversión a los justos, sino a los pecadores»)

Contemplación, vivencia, misión: Las palabras de Jesús sólo se captan en la armonía de la fe y del amor: «Si alguno me ama, yo me manifestaré a él» (Jn 14,21). Ha venido para «todos» (Mt 11,28): para Mateo el publicano, para Zaqueo, para la Samaritana… De todos «sintió compasión» (Mt 15,32), a todos nos lleva en su Corazón. Dios «misericordioso» tiene sed del amor del hombre.

*En el día a día con la Madre de Jesús: «Limosna» equivale a «misericordia», como expresión de la «ternura materna» de Dios, que «hace salir su sol sobre buenos y malos», y que se hace presente en Jesús. En la «Salve» invocamos a María «Madre de la Misericordia».

AÑO DE LA FE: “La cuaresma…  nos invita… al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna” (Benedicto XVI, Mensaje Cuaresma 2013). Acompañamos al Papa en este momento del Año de la Fe, el mejor para vivir la fe como adhesión personal a Cristo (sin concesiones a la galería)…

Los comentarios están cerrados.