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LUMEN FIDEI (encíclica de Papa Francisco, frases clave sobre MISIÓN)

(Introducción) (Una luz por descubrir) La característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre (n.4)

Cap.I: “Hemos creído en el amor” (1Jn 4,16)

(La forma eclesial de la fe) « ¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar?… » (Rm 10,14). La fe se hace entonces operante en el cristiano a partir del don recibido, del amor que atrae hacia Cristo (cf. Ga 5,6), y le hace partícipe del camino de la Iglesia, peregrina en la historia hasta su cumplimiento (n.22)

Cap.II: “Si no creéis, no comprenderéis” (Is 7,9)

(Amor y conocimiento de la verdad) El conocimiento de la fe, por nacer del amor de Dios que establece la alianza, ilumina un camino en la historia … El conocimiento de la fe ilumina no sólo el camino particular de un pueblo, sino el decurso completo del mundo creado, desde su origen hasta su consumación (n.28)

(Diálogo entre fe y razón) La luz del amor, propia de la fe, puede iluminar los interrogantes de nuestro tiempo en cuanto a la verdad … En lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos … la luz de la fe es una luz encarnada, que procede de la vida luminosa de Jesús. Invitando a maravillarse ante el misterio de la creación, la fe ensancha los horizontes de la razón para iluminar mejor el mundo que se presenta a los estudios de la ciencia (n.38)

(Fe y búsqueda de Dios) La luz de la fe en Jesús ilumina también el camino de todos los que buscan a Dios… La confesión cristiana de Jesús como único salvador, sostiene que toda la luz de Dios se ha concentrado en él, en su « vida luminosa », en la que se desvela el origen y la consumación de la historia… Cuanto más se sumerge el cristiano en la aureola de la luz de Cristo, tanto más es capaz de entender y acompañar el camino de los hombres hacia Dios… Al configurarse como vía, la fe concierne también a la vida de los hombres que, aunque no crean, desean creer y no dejan de buscar. En la medida en que se abren al amor con corazón sincero y se ponen en marcha con aquella luz que consiguen alcanzar, viven ya, sin saberlo, en la senda hacia la fe (n.35)

Cap. III: Transmito lo que he recibido (1Cor 15,3)

(La Iglesia, madre de nuestra fe) Quien se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí … La luz de Cristo brilla como en un espejo en el rostro de los cristianos… La fe se transmite, por así decirlo, por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama. Los cristianos, en su pobreza, plantan una semilla tan fecunda, que se convierte en un gran árbol que es capaz de llenar el mundo de frutos (n.37). Puesto que la fe nace de un encuentro que se produce en la historia e ilumina el camino a lo largo del tiempo, tiene necesidad de transmitirse a través de los siglos (n.38)

(Fe, oración y decálogo) A partir de aquel que es luz de luz, del Hijo Unigénito del Padre, también nosotros conocemos a Dios y podemos encender en los demás el deseo de acercarse a él (n.46)

(Unidad e integridad de la fe) La fe se muestra así universal, católica, porque su luz crece para iluminar todo el cosmos y toda la historia (n.48)

Cap.IV: Dios prepara una ciudad para ellos (cfr. Heb 11,16)

(Fe y bien común) Sí, la fe es un bien para todos, es un bien común; su luz no luce sólo dentro de la Iglesia… Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican, en la caridad, una ciudad construida sobre relaciones, que tienen como fundamento el amor de Dios (n.51)

(Luz para la vida social) A lo largo de la historia de la salvación, el hombre descubre que Dios quiere hacer partícipes a todos, como hermanos, de la única bendición, que encuentra su plenitud en Jesús, para que todos sean uno… (n.54)

(Bienaventurada la que ha creído (Lc 1,45)) En la plenitud de los tiempos, la Palabra de Dios fue dirigida a María, y ella la acogió con todo su ser, en su corazón, para que tomase carne en ella y naciese como luz para los hombres (n.58)

LUMEN FIDEI (encíclica de Papa Francisco, Resumen cap.IV)

CAPÍTULO CUARTO. DIOS PREPARAUNA CIUDAD PARA ELLOS (cf. Hb 11,16)
Fe y bien común
50 … La fe revela hasta qué punto pueden ser sólidos los vínculos humanos cuando Dios se hace presente en medio de ellos.
51  Precisamente por su conexión con el amor (cf. Ga 5,6), la luz de la fe se pone al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz …La fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres de nuestro tiempo… Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican, en la caridad, una ciudad construida sobre relaciones, que tienen como fundamento el amor de Dios.
Fe y familia
52 … El primer ámbito que la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familia. Pienso sobre todo en el matrimonio, como unión estable de un hombre y una mujer: nace de su amor, signo y presencia del amor de Dios, del reconocimiento y la aceptación de la bondad de la diferenciación sexual, que permite a los cónyuges unirse en una sola carne (cf. Gn 2,24) y ser capaces de engendrar una vida nueva, manifestación de la bondad del Creador, de su sabiduría y de su designio de amor.
53 … La fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida. Hace.
Luz para la vida en sociedad
54  Asimilada y profundizada en la familia, la fe ilumina todas las relaciones sociales. Como experiencia de la paternidad y de la misericordia de Dios, se expande en un camino fraterno…
55  La fe, además, revelándonos el amor de Dios, nos hace respetar más la naturaleza, pues nos hace reconocer en ella una gramática escrita por él y una morada que nos ha confiado para cultivarla y salvaguardarla; nos invita a buscar modelos de desarrollo que no se basen sólo en la utilidad y el provecho, sino que consideren la creación como un don del que todos somos deudores … Si hiciésemos desaparecer la fe en Dios de nuestras ciudades, se debilitaría la confianza entre nosotros, pues quedaríamos unidos sólo por el miedo, y la estabilidad estaría comprometida.
Fuerza que conforta en el sufrimiento
56  … En la hora de la prueba, la fe nos ilumina y, precisamente en medio del sufrimiento y la debilidad… El cristiano sabe que siempre habrá sufrimiento, pero que le puede dar sentido, puede convertirlo en acto de amor, de entrega confiada en las manos de Dios, que no nos abandona y, de este modo, puede constituir una etapa de crecimiento en la fe y en el amor …
Bienaventurada la que ha creído (Lc 1,45)
58 … En el contexto del Evangelio de Lucas, la mención del corazón noble y generoso, que escucha y guarda la Palabra, es un retrato implícito de la fe de la Virgen María… habla de la memoria de María, que conservaba en su corazón todo lo que escuchaba y veía, de modo que la Palabra diese fruto en su vida. La Madre del Señor es icono perfecto de la fe…
59 … En la concepción virginal de María tenemos un signo claro de la filiación divina de Cristo … Por otra parte, la verdadera maternidad de María ha asegurado para el Hijo de Dios una verdadera historia humana, una verdadera carne, en la que morirá en la cruz y resucitará de los muertos.
60. Nos dirigimos en oración a María, madre de la Iglesia y madre de nuestra fe. ¡Madre, ayuda nuestra fe! Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada…. Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe…Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino.

LUMEN FIDEI (encíclica de Papa Francisco, Resumen, cap.III)

CAPÍTULO TERCERO. TRANSMITO LO QUE HE RECIBIDO (cf. 1 Co 15,3)
La Iglesia, madre de nuestra fe
37 (misión) Quien se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí,,, La luz de Cristo brilla como en un espejo en el rostro de los cristianos, y así se difunde y llega hasta nosotros, de modo que también nosotros podamos participar en esta visión y reflejar a otros su luz,,, El pasado de la fe, aquel acto de amor de Jesús, que ha hecho germinar en el mundo una vida nueva, nos llega en la memoria de otros, de testigos, conservado vivo en aquel sujeto único de memoria que es la Iglesia. La Iglesia es una Madre que nos enseña a hablar el lenguaje de la fe.
Los sacramentos y la transmisión de la fe
40 La Iglesia, como toda familia, transmite a sus hijos el contenido de su memoria … Mediante la tradición apostólica, conservada en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo, tenemos un contacto vivo con la memoria fundante … Para transmitir esta riqueza hay un medio particular, que pone en juego a toda la persona, cuerpo, espíritu, interioridad y relaciones. Este medio son los sacramentos, celebrados en la liturgia de la Iglesia.
41 …  Mediante el bautismo nos convertimos en criaturas nuevas y en hijos adoptivos de Dios-
43 … La fe se vive dentro de la comunidad de la Iglesia, se inscribe en un « nosotros » comunitario
Fe, oración y decálogo
46  el Padrenuestro… el cristiano aprende a compartir la misma experiencia espiritual de Cristo y comienza a ver con los ojos de Cristo … Además, es también importante la conexión entre la fe y el decálogo. La fe, como hemos dicho, se presenta como un camino, una vía a recorrer, que se abre en el encuentro con el Dios vivo.
Unidad e integridad de la fe
47  La unidad de la Iglesia, en el tiempo y en el espacio, está ligada a la unidad de la fe: « Un solo cuerpo y un solo espíritu […] una sola fe » (Ef 4,4-5) … La fe es una porque es compartida por toda la Iglesia, que forma un solo cuerpo y un solo espíritu. En la comunión del único sujeto que es la Iglesia, recibimos una mirada común.
48 Dado que la fe es una sola, debe ser confesada en toda su pureza e integridad… para que se transmita todo el depósito de la fe (cf. 1 Tm 6,20)