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ORACIÓN INTERCESORA Y SACERDOTAL DE JESÚS, CAMINO SINODAL

Conversión y oración: Vivir en sintonía con la mirada amorosa de Jesús al Padre

Jesús es «Mediador entre Dios y los hombres» (1Tim 2,5-6), “Verbo hecho carne” (Jn 1,14), nuestro Redentor (Ef 1,7.14), «Salvador del mundo» (Jn 4,42), Sacerdote y Víctima (Heb 5,9-19), “por ellos yo me santifico a mí mismo” (Jn 17,19). El Hijo de Dios: relación filial, diálogo, mirada amorosa (en el Espíritu Santo) al Padre. Con nosotros ora y ama: “Padre nuestro” (Mt 6,9; cfr. Jn 17,1ss). “Escuchadlo” (Mt 17,5)

Presente en la oración y en el camino de la Iglesia: “Cristo asocia siempre consigo a su amadísima esposa, la Iglesia, que invoca a su Señor y por él tributa culto al Padre eterno” (Sacrosantum Concilium, n.7). “Al tomar la naturaleza humana, introdujo en este exilio terrestre aquel himno que se canta perpetuamente en las moradas celestiales. El mismo une a Sí la comunidad entera de los hombres y la asocia al canto de este divino himno de alabanza. Porque esta función sacerdotal se prolonga a través de su Iglesia, que, sin cesar, alaba al Señor e intercede por la salva­ción de todo el mundo no sólo celebrando la Eucaristía, sino también de otras maneras, principalmente recitando el Oficio divino” (ibid., n.83). “El Oficio divino… entonces es en verdad la voz de la misma Esposa que habla al Esposo; más aún, es la oración de Cristo, con su Cuerpo, al Padre” (ibid., n.84)

Prolongar a Cristo: “Los Apóstoles, al constituir diáconos, dijeron: «Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministe­rio de la palabra»» (Hch 6,4) (Sacrosantum Concilium, n.86) (predicación, oración Eucarística fraterna)

“Ministros”, servidores: Somos signo personal y sacramental de Cristo, su memoria viviente ante la Iglesia esposa (cfr. Pastores dabo vobis, 16, 22), en el “Pueblo sacerdotal” (ibid., 13, 38; LG 10). Si no hay “servicio oblativo”, no hay sacerdocio.

Dejarse sorprender por el amor de quien intercede y comparte nuestra historia:

Sus “sentimientos” actualizados en la oración: Lc 10,21: “Gracias… Sí, Padre”. Jn 17,1.23.27: “Padre… yo en ellos”; Heb 7,25-26: “vive siempre para interceder a favor de ellos”. Heb 5,9-10: “llevado a la consumación… proclamado por Dios sumo sacerdote”. Heb 10,5.7: “al entrar él en el mundo dice… he aquí que vengo… para hacer tu voluntad”. Heb 13,8: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre”. Heb 13,15: “Por medio de él, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza”. Jn 17,9.20: “Te ruego por ellos… también por los que crean en mí por la palabra de ellos”. Rm 8,32: “El que a su propio Hijo… lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él?”. Rm 8,34: “Cristo Jesús, que murió, más todavía, resucitó y está a la derecha de Dios y que además intercede por nosotros”. Rm 8,35-39: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?”. 2Cor 5,14: “Nos apremia el amor de Cristo” (misión)

Camino sinodal: La Iglesia en Cenáculo misionero, “todos perseveraban unánimes en la oración con María la Madre de Jesús” (Hch 1,14; 4,32: “un solo corazón”)

LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE JESÚS EN EL CORAZÓN MATERNO DE MARÍA

Presentación: A partir de la invitación de Jesús (“he aquí a tu hijo”, Jn 19,26), María, bajo la acción del Espíritu Santo, meditó en su Corazón materno las últimas palabras de Jesús como proyecto de su existencia… Es la armonía de la fe, avivada por otras referencias evangélicas…

1.“Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34).

Actitud maternal de perdón y de misericordia (“he aquí a tu hijo”) al recordar: “Le pondrás por nombre Jesús” (Lc 1,31). (A José) … “porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1,21). Belén: “Os anuncio… el Salvador” (Lc 2,10-11). “Ésta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos – por todos  – para el perdón de los pecados” (Mt 26,28; Eucaristía, última cena).

2.“Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23,43).

Madre y camino de esperanza (“he aquí a tu hijo”) al recordar: “Su reino no tendrá fin” (Lc 1,33); “nada hay imposible para Dios” (Lc 1,37). Compartir maternalmente la suerte de Jesús: “Signo de contradicción… una espada te traspasará el alma” (Lc 2,34-5). Jesús nos inserta a todos en su victoria: “Subo a mi Padre y vuestro Padre” (Jn 20,17).

3.“Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,26-27).

Camino de nueva maternidad apostólica (“he aquí a tu hijo”) al recordar: “Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 8,21). “María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lc 2,19; cfr. 2,33.51). “El discípulo (amado) la recibió como algo propio” (Jn 19,27), «en comunión de vida» (S. Agustín).

4.“Tengo sed” (Jn 19,28).

Maternidad para apagar la sed de Jesús (“tengo sed”), “tengo otras ovejas… doy mi vida… el encargo recibido del Padre” (Jn 10,16.18). La experiencia de María: Belén (pastores y Reyes), Visitación… “Llena de santa alegría… para visitar a tu pariente Isabel, te convertiste en la imagen de la futura Iglesia que, en su seno, lleva la esperanza del mundo por los montes de la historia” (Spe Salvi n.50). La sed profunda de Jesús: “Dame de beber” (Jn 4,7)

5.“¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46; Sal 21,1).

Madre en la noche de la fe, se une a la confianza filial y dolorosa de Jesús: “desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno tú eres mi Dios” (Sal 21,11). Una fe que refleja las “bienaventuranzas”: “Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá” (Lc 1,45). Más allá de los signos y del éxito inmediato: “Bienaventurados los que crean sin haber visto” (Jn 20,29). El discípulo amado, que recibió a María como Madre, ante el sepulcro vacío: “vio y creyó” (Jn 20,8).

6.“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46).

María Madre unida al sí oblativo y eucarístico de Jesús: “Junto a la cruz de Jesús estaba (de pie) su madre” (Jn 19,25). Ella ya había oído decir a Jesús niño, cuando lo encontró en el templo: “Mi Padre” (Lc 2,49). “Su madre conservaba todo esto en su corazón” (Lc 2,51). “El pan de vida” (Jn 6,35), verdadera oblación, fue amasado en el seno de María. En la Eucaristía, sigue siendo carne y sangre de Jesús, recibida de María (cfr. Lc 1,31).

7.«Todo está cumplido» E inclinando la cabeza entregó el espíritu” (Jn 19,30).

Maternidad unida a la fidelidad de Jesús al proyecto del Padre. Su maternidad empezó cuando dijo: “Hágase en mí según tu Palabra” (Lc 1,38). El “sí” de María: “Uno de los eventos fundamentales de la Iglesia es cuando el «sí» brotó de María” (Aparecida 268). “Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo (ofrecerlo) al Señor” (Lc 2,22). Del costado de Cristo “salió sangre y agua… «Mirarán al que traspasaron» (Jn 19,34.37). Ella lo vio y oyó todo, meditándolo en su corazón… Ahora colabora como Madre en la misión materna de la Iglesia. Esperado la venida del Espíritu Santo, “perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús” (Hch 1,14).

(Papa Francisco) FRATELLI TUTTI, sobre la fraternidad y la amistad social (3 octubre 2020)

(Resumen literal de: Índice, textos bíblicos, ideas clave)

(n.1) «Fratelli tutti, escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio…  (n.2) Este santo del amor fraterno, de la sencillez y de la alegría, que me inspiró a escribir la encíclica Laudato sì, vuelve a motivarme para dedicar esta nueva encíclica a la fraternidad y a la amistad social. Sin fronteras (n.3 y ss). (n.4) «Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios» (1 Jn 4,16).

Capítulo primero: LAS SOMBRAS DE UN MUNDO CERRADO (nn.9 y ss):

Sueños que se rompen en pedazos (n.10 y ss). (n.12) «la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos». El fin de la conciencia histórica (n.13 y ss). Sin un proyecto para todos (n.15 y ss). El descarte mundial (n.18 y ss). Derechos humanos y no suficientemente universales (n.22y ss). Conflicto y miedo (n.25 y ss). Globalización y progreso sin proyecto común (n.29 y ss). Las pandemias y otros flagelos de la historia (n.32 y ss). Sin dignidad humana en las fronteras (n.37 y ss). (n.41) … una persona y un pueblo sólo son fecundos si saben integrar creativamente en su interior la apertura a los otros. La ilusión de la comunicación (n.42 y ss). Agresividad sin pudor (n.44 y ss). Información sin sabiduría (n.47 y ss). (n.48) … San Francisco de Asís «escuchó la voz de Dios, escuchó la voz del pobre, escuchó la voz del enfermo, escuchó la voz de la naturaleza. Y todo eso lo transforma en un estilo de vida. Deseo que la semilla de san Francisco crezca en tantos corazones». Sometimientos y autodesprecio (n.51 y ss). Esperanza n.54s). (n.55) … La esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna». Caminemos en esperanza.

Capítulo segundo: UN EXTRAÑO EN EL CAMINO (nn.56 y ss):

(Parábola del buen samaritano) (n.56) … la parábola (del buen samaritano) se expresa de tal manera que cualquiera de nosotros puede dejarse interpelar por ella…  “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, quienes, después de despojarlo de todo y herirlo, se fueron, dejándolo por muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por el mismo camino, lo vio, dio un rodeo y pasó de largo. Igual hizo un levita, que llegó al mismo lugar, dio un rodeo y pasó de largo. En cambio, un samaritano, que iba de viaje, llegó a donde estaba el hombre herido y, al verlo, se conmovió profundamente, se acercó y le vendó sus heridas, curándolas con aceite y vino. Después lo cargó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un albergue y se quedó cuidándolo. A la mañana siguiente le dio al dueño del albergue dos monedas de plata y le dijo: ‘Cuídalo, y, si gastas de más, te lo pagaré a mi regreso’. ¿Cuál de estos tres te parece que se comportó como prójimo del hombre que cayó en manos de los ladrones?” El maestro de la Ley respondió: “El que lo trató con misericordia”. Entonces Jesús le dijo: “Tienes que ir y hacer lo mismo»(Lc 10,25-37).

El trasfondo (n.57 y ss). (n.57) … «¿Dónde está tu hermano Abel?» (Gn 4,9). (n.58) … «¿Acaso el que me formó en el vientre no lo formó también a él y nos modeló del mismo modo en la matriz?» (Job 31,15). (n.59) … «amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Lv 19,18) … «La misericordia de cada persona se extiende a su prójimo, pero la misericordia del Señor alcanza a todos los vivientes» (Si 18,13). (n.60) … «Traten en todo a los demás como ustedes quieran ser tratados, porque en esto consisten la Ley y los Profetas» (Mt 7,12)… el Padre celestial «hace salir el sol sobre malos y buenos» (Mt 5,45) … «Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso» (Lc 6,36). (n.61) … «No maltratarás ni oprimirás al migrante que reside en tu territorio, porque ustedes fueron migrantes en el país de Egipto» (Ex 22,20). «No oprimas al migrante: ustedes saben lo que es ser migrante, porque fueron migrantes en el país de Egipto» (Ex 23,9). «Si un migrante viene a residir entre ustedes, en su tierra, no lo opriman. El migrante residente será para ustedes como el compatriota; lo amarás como a ti mismo, porque ustedes fueron migrantes en el país de Egipto» (Lv 19,33-34). «Si cosechas tu viña, no vuelvas a por más uvas. Serán para el migrante, el huérfano y la viuda. Recuerda que fuiste esclavo en el país de Egipto» (Dt 24,21-22). En el Nuevo Testamento … «Toda la Ley alcanza su plenitud en un solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Ga 5,14). «Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está y camina en las tinieblas» (1 Jn 2,10-11). «Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte» (1 Jn 3,14). «Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve» (1 Jn 4,20). (n.62) …  San Pablo exhortaba a sus discípulos a tener caridad entre ellos «y con todos» (1 Ts 3,12), y en la comunidad de Juan se pedía que los hermanos fueran bien recibidos, «incluso los que están de paso» (3 Jn 5).

El abandonado … (n.63 y ss). (n.64) ¿Con quién te identificas? … hemos crecido en muchos aspectos, aunque somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas. (n.66) … Miremos el modelo del buen samaritano. Es un texto que nos invita a que resurja nuestra vocación de ciudadanos del propio país y del mundo entero, constructores de un nuevo vínculo social. Es un llamado siempre nuevo, aunque está escrito como ley fundamental de nuestro ser…  «la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás: la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro». (n.68) …  No es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor, no podemos dejar que nadie quede “a un costado de la vida”.  Una historia que se repite… (n.69 y ss).

Los personajes… (n.72 y ss). (n.75) Los “salteadores del camino” suelen tener como aliados secretos a los que “pasan por el camino mirando a otro lado”.

(n.76) Miremos finalmente al hombre herido… bajo el ropaje de lo políticamente correcto o las modas ideológicas, se mira al que sufre sin tocarlo, se lo televisa en directo…

Recomenzar (n.77 y ss)(n.77) Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. (n.78) … Busquemos a otros y hagámonos cargo de la realidad que nos corresponde sin miedo al dolor o a la impotencia, (n.79) El samaritano del camino se fue sin esperar reconocimientos ni gratitudes.

El prójimo sin fronteras (n.80 y ss). (n.80) … La conclusión de Jesús es un pedido: «Tienes que ir y hacer lo mismo» (Lc 10,37). Es decir, nos interpela a dejar de lado toda diferencia y, ante el sufrimiento, volvernos cercanos a cualquiera. (n.81) … La conclusión de Jesús es un pedido: «Tienes que ir y hacer lo mismo» (Lc 10,37). (n.82) … un amor que se abre a todos.

(n.83) «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Jn 4,9).

La interpelación del forastero (n.84 y ss). (n.84) … «Fui forastero y me recibieron» (Mt 25,35) … San Pablo exhortaba: «Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran» (Rm 12,15) … Al entrar en esta dinámica, en definitiva experimenta que los demás son «su propia carne» (Is 58,7). (n.85) Para los cristianos, las palabras de Jesús tienen también otra dimensión trascendente; implican reconocer al mismo Cristo en cada hermano abandonado o excluido (cf. Mt 25,40.45) … Cristo derramó su sangre por todos y cada uno, por lo cual nadie queda fuera de su amor universal. Y si vamos a la fuente última, que es la vida íntima de Dios, nos encontramos con una comunidad de tres Personas, origen y modelo perfecto de toda vida en común.

Capítulo tercero: PENSAR Y GESTAR UN MUNDO ABIERTO (nn.87 y ss):

(n.87) Un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud «si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás». Más allá (n.88 y ss). El valor único del amor (n.91 y ss). (n.92) La altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor…el mayor peligro es no amar (cf. 1 Co 13,1-13). La creciente apertura del amor (n.95 y ss). Comprensiones inadecuadas de un amor universal (n.99 y ss). Trascender un mundo de socios (n.101 y ss). Libertad, igualdad y fraternidad (n.103 y ss). Amor universal que promueve a las personas (n.106 y ss). Promover el bien moral (n.112 y ss). (n.112) … En el Nuevo Testamento se menciona un fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22), expresado con la palabra griega agazosúne. bene-volentia, que significa la actitud de querer el bien del otro. Reproponer la función social de la propiedad (n.118 y ss). Derechos sin fronteras (n.121  y ss). Derechos de los pueblos (n.124 y ss).

Cap. cuarto: UN CORAZÓN ABIERTO AL MUNDO ENTERO (nn.128 y ss):El límite de las fronteras (n.129 y ss). Las ofrendas recíprocas (n.133 y ss). El fecundo intercambio (n.137 y ss). Gratuidad que acoge (n.139 y ss)(n.140) … Dios, en cambio, da gratis … «hace salir el sol sobre malos y buenos» (Mt 5,45). Por algo Jesús recomienda: «Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en secreto» (Mt 6,3-4)  … Es lo que Jesús decía a sus discípulos: «Lo que han recibido gratis, entréguenlo también gratis» (Mt 10,8). Local y universal (n.142). El sabor local (n.143 y ss). El horizonte universal (n.146 y ss). Desde la propia región (n.151 y ss).

Cap. quinto: LA MEJOR POLÍTICA (nn.154 y ss):

(n.154) … la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común.  Populismos y liberalismos (n.155). Popular o populista (n.156 y ss). Valores y límites de las visiones liberales (n.163 y ss). El poder internacional (n.170 y ss). Una caridad social y política (n.176). La política que se necesita (n.177 y ss). El amor político (n.180 y ss). Amor efectivo (n.183 y ss). La actividad del amor político (n.186). Los desvelos del amor (n.187 y ss). Amor que integra y reúne (n.190 y ss). Más fecundidad que éxitos (n.193 y ss).

Cap. sexto: DIÁLOGO Y AMISTAD SOCIAL (nn.198 y ss):

(n.198) Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo “dialogar”. Diálogo social hacia na nueva cultura (n.199 y ss). Construir en comunión (n.203 y ss). El fundamento de los consensos (n.206 y ss). El consenso y la verdad (n.211 y ss). Una nueva cultura (n.215). El encuentro hecho cultura (n.216 y ss). El gusto de reconocer al otro (n.218 y ss). Recuperar la amabilidad (n.222 y ss).

(n.223) San Pablo mencionaba un fruto del Espíritu Santo con la palabra griega jrestótes (Ga 5,22) … afable, suave, que sostiene y conforta.

Cap. séptimo: CAMINOS DE REENCUENTRO (nn.225 y ss):

(n.225) … se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia. Recomenzar desde la verdad (n.226 y ss). La arquitectura y la artesanía de la paz (n.228 y ss). Sobre todo con los últimos (n.233 y ss). El valor y el sentido del perdón (n.236). El conflicto inevitable (n.237 y ss). (n.238) … «Ustedes saben que los jefes de las naciones las someten y los poderosos las dominan. Entre ustedes no debe ser así» (Mt 20,25-26). Por otra parte, el Evangelio pide perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) y pone el ejemplo del servidor despiadado, que fue perdonado, pero él a su vez no fue capaz de perdonar a otros (cf. Mt 18,23-35).

(n.239) … se invita a reprender a los adversarios con dulzura (cf. 2 Tm 2,25). O se exhorta: «Que no injurien a nadie ni sean agresivos, sino amables, demostrando una gran humildad con todo el mundo. Porque nosotros también antes […] éramos detestables» (Tt 3,2-3) … los discípulos, perseguidos por algunas autoridades, «gozaban de la estima de todo el pueblo» (Hch 2,47; cf. 4,21.33; 5,13). (n.240) … «No piensen que vine a traer paz a la tierra. ¡No vine a traer paz, sino espada! Vine a enfrentar al hijo contra su padre, a la hija contra su madre, a la nuera contra su suegra y así, los enemigos de cada uno serán los de su familia» (Mt 10,34-36). Las luchas legítimas y el perdón (n.241 y ss). La verdadera recuperación (n.244 y s.). La memoria (n.246 y ss). Perdón sin olvido (n.250 y ss). La guerra y la pena de muerte (n.255). La injusticia y la guerra (n.256 y ss). La pena de muerte (n.263 y ss). (n.264) En el Nuevo Testamento, al tiempo que se pide a los particulares no tomar la justicia por cuenta propia (cf. Rm 12,17.19), se reconoce la necesidad de que las autoridades impongan penas a los que obran el mal (cf. Rm 13,4; 1 P 2,14).

Cap. octavo: LAS RELIGIONES AL SERVICIO DE LA FRATERNIDAD EN EL MUNDO (nn.271 y ss):El fundamento último (n.272 y ss). (n.272) Los creyentes pensamos que, sin una apertura al Padre de todos, no habrá razones sólidas y estables para el llamado a la fraternidad.

 La identidad cristiana (n. 277 y ss). (n.277) María … Ella recibió ante la cruz esta maternidad universal (cf. Jn 19,26) y está atenta no sólo a Jesús sino también «al resto de sus descendientes» (Ap 12,17). (n.280) … «fuimos bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo» (1 Co 12,13) donde cada uno hace su aporte distintivo… No podemos olvidar aquel deseo que expresó Jesucristo: «Que todos sean uno» (Jn 17,21). Religión y violencia (n.281 y ss) (n.283) … En realidad «el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor» (1 Jn 4,8).

Oración el Creador. Oración cristiana ecuménica. Oración cristiana ecuménica: … Ven, Espíritu Santo, muéstranos tu hermosura reflejada en todos los pueblos de la tierra, para descubrir que todos son importantes, que todos son necesarios, que son rostros diferentes de la misma humanidad que amas. Amén.