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Frases literales de Santa Teresita citadas en la exhort. apost. C’est la confiance

Exhor. Apost. del Papa Francisco sobre la confianza en el amor misericordioso de Dios

«La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al Amor».

I. Jesús para los demás

El Nombre de Jesús es continuamente “respirado” por Teresa como acto de amor.. «Jesús es mi único amor».

«En el cielo desearé lo mismo que deseo ahora en la tierra: amar a Jesús y hacerle amar»

«Yo pido a Jesús que me atraiga a las llamas de su amor, que me una tan íntimamente a Él que sea Él quien viva y quien actúe en mí… Porque un alma abrasada de amor no puede estarse inactiva» …

II. El caminito de la confianza y del amor

«Sigo teniendo la misma confianza audaz de llegar a ser una gran santa, pues no me apoyo en mis méritos… Sólo Él, conformándose con mis débiles esfuerzos, me elevará hasta Él y, cubriéndome con sus méritos infinitos, me hará santa».

«A mí me ha dado su misericordia infinita, ¡y a través de ellacontemplo y adoro las demás perfecciones divinas…!»

III. Seré el amor

Contemplando a Jesús en su agonía, ella le dice: «Me has visto». Del mismo modo le dice al Niño Jesús en los brazos de su Madre: «Y pensabas en mí».

… lo hace en compañía de la Virgen María, aprendiendo de ella que «amar es darlo todo, darse incluso a sí mismo»… María fue la primera en vivir el “caminito” en pura fe y humildad… «Yo sé que en Nazaret, Madre llena de gracia, viviste pobremente sin ambición de más»…

En el corazón de la Iglesia, nn.38-39… había releído los capítulos 12 y 13 de la primera carta de san Pablo a los corintios… «Comprendí que la Iglesia tenía un corazón, y que ese corazón estaba ardiendo de amor… ¡Mi vocación es el amor! En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el amor… Así lo seré todo»…

Lluvia de rosas, n.43… el sueño de continuar en el cielo su misión de amar a Jesús y hacerlo amar… «Pasaré mi cielo en la tierra hasta el fin del mundo».

IV,En el corazón del Evangelio

La doctora de la síntesis. n.47… Al final, sólo cuenta el amor.

n.53 Un siglo y medio después de su nacimiento, Teresita está más viva que nunca en medio de la Iglesia peregrina, en el corazón del Pueblo de Dios… Querida santa Teresita… ¡Mándanos tus rosas! Ayúdanos a confiar siempre, como tú lo hiciste, en el gran amor que Dios nos tiene, para que podamos imitar cada día tu caminito de santidad. Amén.

 

JESÚS NOS SORPRENDE CON SU AMOR

Juliana de Norwich (1342-1416c.), Libro de visiones y revelaciones (Se sintió amada por Dios en su nada. Vivió retirada, junto a una iglesia de Norwich, hasta su muerte. En 2023 se celebra el 650º de estas “revelaciones”, por parte de anglicanos y católicos)

Nuestro Señor Jesús sufrió por nosotros; y todos nosotros estamos con él en ese sufrimiento… sufre con nosotros (Cap. 18)

Con semblante bondadoso, nuestro buen Señor miró hacia su costado abierto y lo contempló con alegría; con su dulce mirada atrajo el entendimiento de su criatura hacia el interior por la misma herida; y allí le reveló un hermoso y deleitable lugar, lo bastante amplio para toda la humanidad que será salvada y descansará en la paz y el amor… En esta dulce visión mostró su bendito corazón partido en dos… Nuestro buen Señor dijo entonces con la mayor alegría: «Mira cómo te amo… por mi amor, regocíjate conmigo» (Cap. 24)

La Pasión de nuestro Señor es consuelo para nosotros contra el dolor y el pecado… «Es cierto que el pecado es la causa de todo este sufrimiento, pero todo acabará bien» Cap. 27)

Vi entonces cómo Cristo se compadece de nosotros a causa del pecado; y así como antes había estado tan llena de dolor y compasión por la Pasión de Cristo, así ahora estaba llena en parte de compasión por mis semejantes en Cristo … Y entonces vi que toda la compasión natural que el ser humano experimenta en su amor por uno de sus semejantes en Cristo es Cristo en nosotros… Quiere que sepamos… que de ninguna manera sufrimos solos, sino con él, y que veamos en él nuestro fundamento (Cap. 28)

Esta sed de Cristo, su ardiente deseo de amor, persiste … ésa es su sed y su ardiente deseo de amor por nosotros, reunirnos a todos en él para nuestra alegría sin fin (Cap. 31)

Su paz y su amor están siempre con nosotros, viviendo y trabajando, pero nosotros no siempre estamos en paz y amor. Quiere que sepamos que él es el fundamento de toda nuestra vida en el amor (Cap. 39)

Pues el mismo amor verdadero que nos reconforta con el toque de su fuerza bendita nos enseña que debemos odiar el pecado simplemente a causa del amor… Así como su amor no se aparta de nosotros por nuestros pecados, así quiere que nuestro amor no se aparte de nosotros ni de nuestros hermanos cristianos. Pero debemos odiar sin reserva el pecado y amar siempre al alma como Dios la ama (Cap. 40)

Y así nuestro buen Señor Jesús tomó sobre sí toda nuestra culpa; y por ello nuestro Padre no puede ni quiere atribuirnos más culpa que a su propio Hijo amado, Jesucristo… Toda la humanidad que será salvada por la dulce Encarnación y la Pasión de Cristo, toda ella es humanidad de Cristo, ya que él es la cabeza y nosotros somos sus miembros… Jesús está en todos aquellos que serán salvados, y todos los que serán salvados están en Jesús. Todo procede del amor de Dios (Cap. 51)

Cristo está actuando misericordiosamente en nosotros, y nosotros, por la gracia, estamos en armonía con él a través del don y el poder del Espíritu Santo (Cap. 54)

«Mira cómo te amo», dijo mientras miraba con alegría su bendito costado… quiere que todo nuestro amor esté puesto en él (Cap. 60)

Por eso nuestro amante nos ayuda dándonos luz espiritual y verdadera enseñanza… nos ve siempre viviendo en un amor anhelante, y quiere que nuestras almas estén alegremente dispuestas hacia él, en actitud de reconocimiento (Cap.71)

No hay ningún miedo en nosotros que agrade plenamente a Dios, sino el temor reverencial, que es suave… es el miedo que nos hace huir rápidamente de todo lo que no es bueno y caer en el pecho de nuestro Señor, como el niño en los brazos de la madre, con toda nuestra voluntad y con toda nuestra mente, sabedores de nuestra debilidad y nuestra gran necesidad, de su bondad eterna y su bendito amor (Cap. 74)

El acto más sabio para una criatura es actuar según la voluntad y los consejos de su mejor y mayor amigo. Este bendito amigo es Jesús (Cap. 76)

Nuestro Señor, en su misericordia… quiere que nos convirtamos y estemos tan unidos a él en el amor como lo está él a nosotros… Entonces nuestro bendito salvador nos curará perfectamente y nos unirá a él (Cap. 78)

Se reveló en la tierra en la dulce Encarnación y en su bendita Pasión… él está aquí con nosotros, conduciéndonos (Cap. 81)

Hemos sido amados y conocidos por él en sus designios desde antes del principio. En este amor sin principio él nos creó, y en el mismo amor nos protege y no permite que seamos heridos, para que nuestra dicha no sea menguada (Cap. 85)

Quiere darnos la gracia de amarle y unirnos a él… Su amor nunca disminuyó y nunca disminuirá. En este amor ha hecho todas sus obras, en este amor ha hecho todas las cosas provechosas para nosotros, y en este amor nuestra vida es eterna. En nuestra creación tuvimos un principio, pero el amor en el que nos creó estaba en él desde toda la eternidad. En este amor está nuestro principio. Y veremos todo esto en Dios ya para siempre. Demos gracias a Dios (Cap. 86)

CAMINAMOS GUIADOS DE SU MANO HACIA CRISTO

Papa Francisco, el gozo de seguir a Cristo bajo la mirada materna de María

María, mujer de la escucha, decisión y acción:

“María, mujer de la escucha, abre nuestros oídos; haz que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las mil palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos, cada persona que encontramos, especialmente aquella que es pobre, necesitada, en dificultad. María, mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús, sin titubeos; dónanos el coraje de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida. María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan «sin demora» hacia los otros, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, en el mundo la luz del Evangelio” (Conclusye mes mariano, 31 mayo 2013)

Madre de misericordia, Madre de Dios, Madre de esperanza:

«Dios te salve, Madre de misericordia, Madre de Dios y Madre del perdón, Madre de la esperanza y Madre de la gracia, Madre llena de santa alegría» (Jubileo de la Misericordia, Santa Mª Mayor, apertura Puerta Santa, 1 enero 2016)

María nos mira «tejiendo», con atención, de modo «íntegro»:

“Mirando a nuestra Señora la Virgen de Guadalupe y dejándome mirar por ella … María nos mira de modo tal que uno se siente acogido en su regazo … La mirada de la Virgen cura … María mira «tejiendo» … mira con atención … mira de modo «íntegro»” (Jubileo Misericordia, Santa María Mayor, retiro sacerdotal 2 junio 2016)

Encontrarse con su mirada que escucha, protege y custodia:

“María es la mujer que sabe conservar, es decir proteger, custodiar en su corazón el paso de Dios en la vida de su Pueblo. Desde sus entrañas aprendió a escuchar el latir del corazón de su Hijo … una mirada atenta que sabe custodiar la vida y la misión de su Hijo … Somos hijos, somos familia, somos Pueblo de Dios …  Queremos encontrarnos con su mirada maternal. Esa mirada que nos libra de la orfandad; esa mirada que nos recuerda que somos hermanos … Esa mirada que nos enseña que tenemos que aprender a cuidar la vida de la misma manera y con la misma ternura con la que ella la ha cuidado: sembrando esperanza, sembrando pertenencia, sembrando fraternidad” (Homilía 1 enero 2017, Maternidad divina)

Madre que custodia en silencio las palabras de Jesús en el corazón:

“Madre de Dios … Ya no existe Dios sin el hombre: la carne que Jesús tomó de su Madre es suya también ahora y lo será para siempre. Decir Madre de Dios nos recuerda esto: Dios se ha hecho cercano con la humanidad como un niño a su madre que lo lleva en el seno… «Custodiaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (Lc 2,19) … La Madre se asocia al Hijo y custodia en el silencio … Y contemplando en silencio, dejamos que Jesús nos hable al corazón …: todas estas cosas poblaban el corazón de María… Las meditaba, es decir las repasaba con Dios en su corazón … Custodiar en el silencio y llevar a Dios … todo esto sucedía en su corazón… Para que la fe no se reduzca sólo a ser idea o doctrina, todos necesitamos tener un corazón de madre, que sepa custodiar la ternura de Dios y escuchar los latidos del hombre” (Homilía 1 enero 2018, Maternidad divina)

María es refugio, acoge nuestras súplicas, signo de esperanza:

“Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios … Su manto está siempre abierto para acogernos y congregarnos … La Madre no es algo opcional… es el testamento de Cristo … María es «signo de esperanza cierta y de consuelo para el Pueblo peregrinante de Dios» (Lumen Gentium, n.68)” (Homilia 28 enero 2018, Fiesta de la Traslación, Santa María Mayor)

En la escuela de María aprendemos a caminar cantando:

“María caminóEn la escuela de María aprendemos a estar en camino para llegar allí donde tenemos que estar … María caminó y María cantó … María, «pedagoga del evangelio», caminó y cantó nuestro Continente y, así, la Guadalupana … Hijo y hermano latinoamericano, sin miedo, canta y camina como lo hizo tu Madre” (Homilía 12 diciembre 2018, Virgen de Guadalupe, Basílica de San Pedro)

Dejémonos mirar, abrazar y tomar de la mano por María:

“Dejémonos mirar…  Dejémonos abrazar … Tómanos de la mano, María… Reúnenos juntos bajo tu manto, en la ternura del amor verdadero” (Homilía, 1 de enero de 2019, Basílica de San Pedro)

La Virgen de nuestro “sí” sostiene, acompaña, cobija, abraza:

“Fue la mujer fuerte del “sí”, que sostiene y acompaña, cobija y abraza … De María aprendemos a decir “sí” … aprendemos la fortaleza para decir “sí” … aprendemos a recibir y hospedar a todos … De ella queremos aprender a estar de pie al lado de la cruz” (Panamá, Jornada Mundial Juventud, 23-28 enero 2019)

La Virgen María, mujer de oración:

María espera que Dios tome las riendas de su camino y la guíe donde Él quiere. Es dócil, y con su disponibilidad predispone los grandes eventos que involucran a Dios en el mundo… No hay mejor forma de rezar que ponerse como María en una actitud de apertura, de corazón abierto a Dios: “Señor, lo que Tú quieras, cuando Tú quieras y como Tú quieras”. Es decir, el corazón abierto a la voluntad de Dios. Y Dios siempre responde… «María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19)… Todo termina en su corazón, para que pase la criba de la oración y sea transfigurado por ella… ¡Qué bonito si nosotros también podemos parecernos un poco a nuestra Madre! Con el corazón abierto a la Palabra de Dios, con el corazón silencioso, con el corazón obediente, con el corazón que sabe recibir la Palabra de Dios y la deja crecer con una semilla del bien de la Iglesia” (Audiencia, Catequesis, 18 de noviembre de 2020)

María como modelo de la fe en el camino, la profecía y la compasión:

“En primer lugar, la fe de María es una fe que se pone en camino. La joven de Nazaret, apenas recibido el anuncio del Ángel, «se fue rápidamente a la región montañosa» (Lc 1,39) para ir a visitar y ayudar a Isabel, su prima… La fe de María también es una fe profética. Con su misma vida.. es profecía de la obra de Dios en la historia, de su obrar misericordioso que invierte la lógica del mundo, elevando a los humildes y dispersando a los soberbios (cf. Lc 1,52)… María es la Madre de la compasión… Madre compasiva que recoge nuestras lágrimas y al mismo tiempo nos consuela, señalándonos la victoria definitiva en Cristo… Que María Santísima les obtenga la gracia de que vuestra fe siempre siga en camino, tenga el respiro de la profecía y sea una fe rica de compasión” (Santuario de Šaštin, Eslovaquia,15 septiembre 2021)

Significado y trascendencia de la consagración al Corazón de María:

“Los labios de María pronunciaron la frase más bella que el ángel pudiera llevar a Dios: «Que se haga en mí lo que tú dices» (Lc 1, 38) … Es la participación más íntima en su proyecto de paz para el mundo. Nos consagramos a María para entrar en este plan, para ponernos a la plena disposición de los proyectos de Dios” … “Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti” (Papa Francisco 25.3.22)