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SAN JUAN DE ÁVILA: Selección de textos marianos

“Todos somos hijos de la Virgen” (Sermón 62)

“Pastora, no jornalera que buscase su propio interés, pues que amaba tanto a las ovejas, que, después de haber dado por la vida de ellas la vida de su amantísimo Hijo, diera de muy buena gana su vida propia, si necesidad de ella tuvieran” (Sermón 70).

“Es muy amiga del Espíritu Santo, y Él de ella. En sus entrañas el incomprensible cupo (…) y esto todo por obra del Espíritu Santo (…) Conocen muy bien el Espíritu Santo las entrañas de la Virgen, conoce muy bien aquel su corazón tan limpísimo” (Sermón 30).

“Aquí no hay tasa, sino que la Virgen amaba a Jesucristo cuanto el Espíritu Santo le soplaba; y esto era mucho; y así no es decible, no se puede tasar, no hay palabras para poder encarecerlo” (Sermón 67).

“¿Pensáis que es ser devotos de la Virgen, cuando nombran a María, quitaros el bonete no más? Más hondas raíces ha de tener su devoción (…) -¿Qué haré para tener devoción a la Virgen? – ¿No le tenéis devoción? Harto mal tenéis; harto bien os falta; más querría estar sin pellejo que sin devoción a María (…) Quererla bien y no imitarla, poco aprovecha” (Sermón 63).

“Todos los que somos hermanos de Jesucristo… todos somos hijos de la Virgen (…) Ha puesto Dios este instinto en todos los cristianos de llamar luego a la Virgen María. En teniendo una necesidad, luego: «¡Oh Señora, defiéndeme, ruega por mí a Dios!». Y pues todos la llamamos en nuestros trabajos es que ha puesto Dios en el corazón de ella que ruegue a su Majestad por nosotros; luego pues es nuestra Madre” (Sermón 62).

“¿Quién contará la grandeza del divinal amor que en el virginal corazón de la sagrada Madre de Dios había, que la encendía y suavemente abrasaba, deseando su alma con mayor deseo, ofreciéndose en suavísimo holocausto a la voluntad y honra de Dios (…) Encendida con fuego del divino amor, ofrecía cada momento a sí misma y todas las cosas, para que Dios hiciese de ella su buen contentamiento en tribulación o prosperidad, vida o muerte, en este mundo y en el otro”.

(Ver: Juan de Ávila, Me fío de Dios , Madrid, Ciudad Nueva, 2011)

 

YA HA NACIDO DIOS

 Navidad en los escritos de San Juan de Ávila

¡Quién os viera hoy madre y virgen, tan virgen como las vírgenes y tan madre como las madres! … Y si queréis ver alguna hermosura en la tierra, suplicad a nuestro Señor que os dé ojos de consideración, para ver una doncella hoy en el portal de Belén con un Doncel en sus brazos. No hay cosa más hermosa … ¿Y quién puede oír que la Sacratísima Virgen tiene en sus brazos a Jesucristo, que no se regocije? Fue hecho gozo no solamente para la Virgen, sino para todos los que lo oyeren… Esta señal os doy para que no perdáis de vista al Mesías: «infante envuelto en pañales, puesto en un pesebre»… Es hoy día de las misericordias de Dios y que rebosa de alegría y de confianza para los pecadores … Convido a los errados, a los desmayados y grandes pecadores, que vamos al pesebre a ver llorar al Niño … De ternura y de amor de su corazón llora el Niño (Sermón 4)

Comencemos vida nueva, pues el Niño la comienza. Salir del vientre de vuestra Madre a correr la carrera así como gigante (cf. Sal 18,6). Vais por humildad, por pobreza. A la corte vais por mis negocios. Me quiero ir con vos … ¿Que trabajéis vos por mí y descanse yo? Yo seré vuestro compañero. Con vos me quiero ir, pues que vais por mis negocios … ¡Enhorabuena se ponga el Hijo de Dios en el pesebre para mi remedio y para enseñar el amor que nos tiene! (Sermón 4)

Rogad a la Virgen que os dé ojos para saberla mirar. Cuando yo veo a una imagen con un Niño en los brazos, pienso que he visto todas las cosas… ¡Enhorabuena venga tal día, en el cual el Padre Eterno nos da a su Hijo, y su santa Madre también, y el Niño lo ha por bien! ¿Qué resta, sino que, echando yo de mí los pecados, reciba yo a este Niño y lo ose llamar de aquí adelante con gran regocijo: Niño mío y Dios mío? … Quien le ama, fácilmente cumple lo demás (Sermón 4)

No hay cosa que más lastime mi alma como ver que ya ha nacido Dios y que ya ha llorado, y derramado su sangre, y sufrido la muerte con la cruz, y que no haya quien se aproveche de ello … Para hallar a Cristo, buscad al enfermo, y al pobre, y al olvidado del mundo. Temo que por falta de esta estrella no buscan muchos a Cristo… Pues nosotros, que hemos hallado al Niño, ¿qué le daremos? ¿Hemos de parecer delante de él sin dones? (Sermón 5/1)

Esta fiesta de nacer Dios y hacerse chiquito por amor de los hombres, por vos se hace … id allá, daos prisa, acorred al Salvador a ser salvos … No hay cosa que más me desmaye ni que más me haga caer la faz de vergüenza que ver el amor con que me buscaste y el descuido con que yo te busco … Dos alforjas has de llevar para buscar a Dios, que son confianza y perseverancia … Ábrele el corazón, y le abrirás el tesoro con que más se huelga. Ya abrió Dios sus entrañas y corazón … Más vale delante de Dios tantico corazón que tanto de ofrenda sin corazón … Conoce tu miseria y llégate al portalico a demandar limosna. Si no hay oro, ofrece oración. El que no ora tiene su casa hedionda … Aquel ama a Dios verdaderamente que no guarda nada de sí mismo para sí (Sermón 5/2)

Mirad el amor con que habéis sido tratada de este Niño que nace, y no endurezcáis vuestro corazón a tan grande fuego, que basta para derretir las piedras durísimas. ¿Qué hacéis si no le amáis con todas vuestras entrañas? ¿Cuya sois si suya no sois? ¿Adónde miráis si no a El?…

… amad a quien os amó cuando niño, habiendo frío por vos y llorando en el pesebre por vos… Amad, pues, a quien primero os amó y ahora os amatodo El se empleó por vos

Y así vos, hermana, pues amáis, amad mucho; pues servís; servid bien; pues a Dios habéis escogido, dejad todo lo que no es El… (Carta n .47).

Qué cosa es ver a Dios a la puerta de un alma, llamando y rogando que le dé posada para bien de ella (Carta n.87)

EL MODELO DEL SEGUIMIENTO EVANGÉLICO DE LOS APÓSTOLES

PAUTA DE LA VIDA SACERDOTAL EN SAN JUAN DE ÁVILA (Juan Esquerda Bifet, Baeza, 8 mayo 2017)

PRESENTACIÓN: Un reto: En la época de San Juan de Ávila, la Universidad de Baeza era una verdadera escuela de “Vida Apostólica” (cfr. L. Muñoz, Vida, lib.1º, cap.20-21). Las directrices conciliares y postconciliares: Se desea un clero que vida la “caridad pastoral” del Buen Pastor, en la “fraternidad sacramental” de su Presbiterio con el propio Obispo (cfr. PO 8 y documentos postconciliares). Benedicto XVI: “Hace falta sobre todo tener la valentía de proponer a los jóvenes la radicalidad del seguimiento de Cristo, mostrando su atractivo” (Sacramentum caritatis, n.25).

I.-UNA CONSTANTE HISTÓRICA PARA LA RENOVACIÓN SACERDOTAL SEGÚN EL MODELO DE LOS APÓSTOLES

Datos históricos (patrísticos). Comentarios a los textos evangélicos: “Lo hemos dejado todo y te hemos seguido” (Mt 19,27). Vocación (Mt 4,18-19; 10,1-4; Mc 3,13-14; y cada llamada concreta). Seguimiento (Mt 4,20; 19,16-30). Comunión (Lc 10,1; Jn 17,21-23). Misión (Mt 10,5-42; Mc 6,7-13; Lc 9, 1-10 y 10, 1-21). Todos estos aspectos se suelen presentar en torno a la figura del Buen Pastor (Jn 10,1-18; 1Pe 5,1-4), al examen de amor (Jn 15 y 21,15-23) y a la figura de Pablo (en todos sus escritos). Como programa sintético, se remiten al discurso de Pablo a los presbíteros de Éfeso, en Mileto (Hech 20,17-38).

La influencia de San Juan de Ávila en Trento y su significado. Las encíclicas y documentos sacerdotales del siglo XX-XXI. La “Vida Apostólica” se concreta en la “caridad pastoral” como “vínculo de la perfección sacerdotal”(PO 14), que es la “ascesis propia del pastor de almas” (PO 13) y que es “unidad de vida” (PO 13); “representación sacramental de Jesucristo, Cabeza y Pastor” (PDV 15) a modo de “signo sacramental” (PDV 16). “Vivir en el seguimiento de Cristo como los Apóstoles” (PDV 42; cfr. 22). Hacia la “fraternidad sacramental” (PO 8) en el Presbiterio (RF nn.32 y 111).

II.-EL MAESTRO ÁVILA, EXPONENTE DE LA “VIDA APOSTÓLICA”

“Gente imitadora de los Apóstoles” (Carta 191), vida según el “uso de los Apóstoles” (Memorial I, n.16), “retrato de la escuela y colegio apostólico” (Advertencias I para el concilio de Toledo, n.4), “dibujo de los Apóstoles” (ibídem, n.10), etc. Cartas a sacerdotes, pláticas sacerdotales, algunos sermones, Tratado sobre el sacerdocio, Memoriales para el concilio de Trento y Advertencias para el sínodo de Toledo.

Una clave: su enamoramiento de Cristo, al estilo de San Pablo. En realidad, la vocación apostólica incluye el “estar con él” y ser “enviados a evangelizar” (Mc 3,14). En la última cena, Jesús describe esta vocación como “amistad” (Jn 15,14-15), como declaración de amor (Jn 15,9), como partícipes de la misma “misión” de Cristo (Jn 17,18; 20,21). “¡Oh, dichosos pastores que participaren algo de aquesta hambre y sed de salvación de ánimas que tuvo el Señor…)” (Sermón 81, n.5). Tratado del Amor de Dios (la pasión desde los amores de Cristo: cfr. Efes 3,19)

Carta Apostólica de Benedicto XVI: comenta el amor de Cristo (2Cor 5,4). La referencia a Cristo Buen Pastor indica, pues, una exigencia de respuesta al amor de quien ha dado la vida por todos. Por esto:Referencia al Buen Pastor: Plática 7.

III.-LA REALIDAD DE GRACIA DEL PRESBITERIO CON EL PROPIO OBISPO, EXRESIÓN DE LA “VIDA APOSTÓICA”

“Si cabeza y miembros nos juntamos a una en Dios»… (Plática 1ª). “Fraternidad sacramental” en el Presbiterio (PO 8), disponibilidad misionera universal de la Iglesia particular (cfr. Mt 18,20; Jn 13,34-35;17,21-23; Hech 2,42-47; 4,32-34). “Exigencia del sacramento del Orden” (LG 28), «realidad sobrenatural» (PDV 74), “familia sacerdotal” (ChD 28), “lugar privilegiado” (Directorio, n. 36), donde el sacerdote necesita encontrar todos los medios de santificación y de apostolado. Para lograr este objetivo de “vida apostólica” en el Presbiterio, Juan Pablo II pedía en el año 1992 elaborar un “proyecto de vida” (PDV 79; cfr. n. 3). Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis (2016), nn.32 y 111.

CONCLUSIÓN: “Unánimes en oración con María la Madre de Jesús” (Hech 1,14), preparando la venida del Espíritu Santo. “Así estaban los santos Apóstoles del Señor en este santo tiempo; y así, hermanos, es muy gran razón que estemos nosotros, pues somos una cosa con ellos, una Iglesia y una unión en Jesucristo” (Sermón 27, n.4).