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A la luz de la fe, guiados por el Espíritu Santo, discernir la propia vocación, el camino concreto de la voluntad de Dios

PEREGRINOS DE LA ESPERANZA (meditación, hacia el Jubileo de 2025)

(Invitación) «Peregrinos de la Esperanza… El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente” (Carta de Papa Francisco, 11 febrero 2022). “Creados por Él a su imagen y semejanza, podemos ser expresión de su amor, que hace nacer la alegría y la esperanza, incluso allí donde parece imposible… La esperanza cristiana… es celebración del amor de Cristo Resucitado que está siempre con nosotros, aun cuando nos parezca lejano” (Papa Francisco, Mensaje JMJ 2023). “¡No nos dejemos robar la esperanza!” (Evangelii Gaudium 86)

(Oración) “Toda mi esperanza está en tu muy gran misericordia. Concédeme lo que mandas y manda lo que quieras” (S. Agustín, Confesiones, X, 29,40).

1:Dimensión cristológica y antropológica: “Jesús, nuestra Esperanza” (1Tim 1,1). El Verbo Encarnado y Redentor (cfr. Jn 1,14), hermano y amigo nuestro, “camino, verdad y vida” (Jn 14,6), da sentido a la vida y a la historia. “Tenemos puesta la esperanza en el Dios vivo, que es el salvador de todos los hombres” (Tim 4,10). “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva” (1Pe 1,3). “¿Quién nos separará del amor de Cristo?” (Rom 8,35). “Mantengamos firme la seguridad y la gloria de la esperanza” (Heb 3,6)

*Discernimiento y examen: conocer, amar y hacer amar a Jesús Hijo de Dios, hecho hombre y Salvador, Amigo, Hermano. Confianza y tensión constructiva. Gozosos, disponibles. Injertados en la mirada amorosa de Jesús al Padre (“Padre nuestro”, “bienaventuranzas”). Nos ama, nos llama, nos acompaña, nos declara su amor… Dejarse sorprender, iniciar una amistad inquebrantable (para siempre)… Recuperar la alegría de vivir admirando la creación y la redención. S. Juan de la Cruz: “Mil gracias derramando”… S. Ignacio (Ejercicios, contemplación del Amor).

2:Dimensión pneumatológica, “espiritual” (“vida según el Espíritu”):

La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5,5). “Que la esperanza os tenga alegres” (Rom 12,12). “Que el Dios de la esperanza os colme de alegría y de paz viviendo vuestra fe, para que desbordéis de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo” (Rom 15,13). “¡Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu!” (Gal 5,25)

*Discernimiento y examen: fidelidad gozosa y generosa al Espíritu Santo (proyecto de Dios) “El Espíritu de la verdad … dará testimonio de mí. Y también vosotros seréis testigos, porque habéis estado conmigo desde el principio” (Jn 15,26-27). Jesús en el pensamiento, en el corazón, en las manos y en la vida (vida «cristiana»)

3:Dimensión eclesiológica, eucarística y pastoral-misionera:

“Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva” (1Cor 11,26). “Dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza” (1Pe 3,15). «Pues hemos sido salvados en esperanza» (Rom 8,24). “Nadie os quitará vuestra alegría” (Jn 16,22). “La Iglesia sacramento universal de salvación… La restauración prometida que esperamos ya empezó con Cristo, es llevada más allá con la venida del Espíritu Santo y continúa por Él en la Iglesia… con la esperanza de los bienes futuros llevamos a cabo la obra que el Padre nos ha confiado” (Lumen Gentium 48)

*Discernimiento y examen: Servir a la Iglesia (familia de Jesús), misterio de comunión misionera. Vivir el mandamiento del amor. «Fractio panis» (para ser pan partido). Caminantes: «Ya y todavía no». Siempre podemos hacer lo mejor. “Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas… Y ojalá el mundo actual… pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, sobre todo en sí mismos, la alegría de Cristo” (Evangelii nuntiandi 80). “El misionero está convencido de que ya existe en las personas y en los pueblos, por la acción del Espíritu, una espera… El entusiasmo por anunciar a Cristo deriva de la convicción de responder a esta esperanza” (Redemptoris Missio 45).

4:Dimensión mariana como síntesis: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios” (Lc 1,30). «Soy la esclava del Señor: que se cumplan en mí tus palabras» (Lc 1,38). «María, signo de la esperanza cierta y del consuelo para el pueblo de Dios peregrinante» (LG 48). «Mater spei et Mater gratiae. Mater plena sanctae letitiae». “Pido a la Virgen María que acompañe a la Iglesia en el camino de preparación al evento de gracia del Jubileo” (Carta para el Jubileo).

*Discernimiento y examen: Bajo la mirada y en el Corazón de María nuestra Madre, figura de la Iglesia madre. Su presencia activa y materna en nuestro camino de vocación, oración, perfección, comunión y misión. “Fue Ella quien llenó el silencio del Sábado Santo con una espera amorosa y llena de esperanza, infundiendo en los discípulos la convicción de que Jesús vencería a la muerte” (Mensaje JMJ 2023).

DISCERNIR viviendo en sintonía con JESÚS, como PABLO

El discernimiento misionero de S. Pablo: “Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús” (Flp 2,5).

Discernimiento. La familiaridad con el Señor: “El secreto de la vida de los santos es la familiaridad y confidencia con Dios, que crece en ellos y hace cada vez más fácil reconocer lo que a Él le agrada” (Papa Francisco. 28 sept. 2022)

1.-Me ama, confío en él, no dudo de su amor

“Me amó y se entregó por mí” (Gal 2,20). “El amor de Cristo, que trasciende todo conocimiento” (Ef 3,19).  “Vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor ” (Ef 5,2). “Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella” (Ef 5,25-26). «La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado» (Rm 5,5).

2.-Quiero amarlo y hacer de mi vida una donación para él y los hermanos

“No soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20).

“Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este crucificado” (1Co 2,2).

“Vuestra vida está escondida en Dios junto con Cristo… vida vuestra” (Col 3,3-4).

“¿Quién nos separará del amor de Cristo?… ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro” (Rm 8,35.39)

3.-Quiero que todos le amen, mi vida es su misma misión

“Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para el Evangelio de Dios… Me siento deudor de griegos y bárbaros, de sabios e ignorantes… no me avergüenzo del Evangelio, que es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree” (Rm 1,1.14.16).

“¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! (1Co 9,16). “Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos” (1Co 9,22). “Cristo tiene que reinar” (1Co 15,25)

“Porque nos apremia el amor de Cristo… Murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos” (2Co 5, 14-15)

“Mas cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer (María), nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial” (Ga 4,4-5). “Hijos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo se forme en vosotros” (Ga 4,19).

«Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones; que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento» (Ef 3,17).

«Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia… para presentarlos a todos perfectos en Cristo» (Col 1, 24.28)

 

APÓSTOLES PARA UNA IGLESIA MISIONERA EN ESTADO DE CONVERSIÓN

El anuncio del “Evangelio”, un cambio de «mentalidad» y de corazón:

Jesús: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca; convertíos (meta-noeite) y creed en el evangelio” (Mc 1,15).  Cambio de paradigma: (A Nicodemo) “Si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Jn 3, 5). (A la mujer samaritana) “¡En espíritu y en verdad” (Jn 4,24).

Apóstoles (Pedro): “Convertíos y que cada uno de vosotros se  haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). Como Pablo: “Habéis sido enseñados… a renovar el espíritu de vuestra mente y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la  justicia y santidad de la verdad” (Ef 4,21. 23-24). “Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, y de ellos el primero soy yo” (1Tim 1,15).

“Conversión”: abrirse al amor, “creer” (adherirse a Cristo y su mensaje), “bautizarse” y guiar a los bautizados (“transformarse” en Cristo). Camino de santidad, “la perfección de la caridad” (Lumen Gentium 40 y 45).

Actualidad: Conversión y renovación de la Iglesia hoy. “El anuncio de la Palabra de Dios tiene como objetivo la conversión cristiana, es decir, la adhesión plena y sincera a Cristo y su Evangelio a través de la fe” (Redemptoris Missio 46).

“Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera… El Concilio Vaticano II presentó la conversión eclesial como la apertura a una permanente reforma de sí por fidelidad a Jesucristo … Sin vida nueva y auténtico espíritu evangélico… cualquier estructura nueva se corrompe en poco tiempo” (Evangelii Gaudium 25-26).

Mensaje Cuaresma 2019: “El camino hacia la Pascua nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual… La Cuaresma es signo sacramental de esta conversión, es una llamada a los cristianos a encarnar más intensa y concretamente el misterio pascual en su vida personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna”.

La naturaleza misionera de la Iglesia, evangelizadora y evangelizada:

“La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser el sacramento universal de la salvación, obedeciendo el mandato de su Fundador (cf. Mc. 16,15) … la Iglesia, sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt. 5,13-14), se siente llamada con más urgencia a salvar y renovar a toda criatura para que todo se instaure en Cristo y todos los hombres constituyan en El una única familia” (Ad Gentes 1). “No podemos predicar la conversión si nosotros no nos convertimos todos los días” (Redemptoris Missio 47). “Cada Iglesia … es por su propia naturaleza misionera, evangelizada y evangelizadora” (ibid. 49)

El apóstol y la comunidad en permanente estado de conversión:

Apóstol: “El hombre de las bienaventuranzas” (Redemptoris Missio 91).
Vivir la conversión, para anunciar la conversión. Transparencia del evangelio.

Convertirse al “seguimiento” de Cristo: vivir como Cristo “pobre” (el Buen Pastor que da vida para evangelizar a los pobres). Los evangelizados tienen derecho a ver en nosotros el modo de vivir y amar de Jesús. Conversión al “Padre Nuestro”: “contemplación” (ver 1Jn 1,1). Dios escucha el corazón. Decir “Abba”, con la voz y el amor de Jesús en el Espíritu (Gal 4,6; Rom 8,15). Conversión a las “bienaventuranzas”: “la perfección de la caridad” (LG 40).

Conversión a la “comunión” (coinonia): “que sean uno” (Jn 17.21), “un solo corazón y una sola alma» (Hechos 4,32). Conversión al “servicio” (diaconía): Mc 10,45; Jn 13,14-16. Servir y lavar los pies. Conversión para ser “testigo” (martyria): un signo creíble y una exégesis viva del Evangelio.
“La llamada a la misión deriva de por sí de la llamada a la santidad … La vocación universal a la santidad está estrechamente unida a la vocación universal a la Misión … El renovado impulso hacia la misión ad gentes exige misioneros santos … es necesario suscitar un nuevo anhelo de santidad entre los misioneros y en toda la comunidad cristiana” (RMi 90).

Proceso permanente de conversión, «estado de vida» abierto al Amor:

Proceso de oblación en Cristo (liturgia, Eucaristía): “Por medio de él, por lo tanto, continuamente ofrecemos un sacrificio de alabanza a Dios” (Heb 13,15). Proceso de apertura a la Palabra (“discípulos”): “criterios”, “valores”, “actitudes”. Comunidad fraterna y eclesial de “conversos” en proceso: consejo espiritual, corrección fraterna, compartir, donación de sí mismo, atentos a los demás.

Discernimiento: personal, comunitario = fidelidad al Espíritu Santo. La última “conversión” de San Agustín: “He entendido que solo uno es verdaderamente perfecto y que las palabras del Sermón de la Montaña se realizan totalmente en una sola: en el mismo Jesucristo. En su lugar, toda la Iglesia, todos nosotros, incluidos los Apóstoles, debemos orar todos los días: perdónanos nuestras deudas como perdonamos a los que nos ofenden” (Retractaciones I,19). (Primera conversión): «Tú estabas, ciertamente, delante de mí, mas yo me había alejado también de mí, y no acertaba a hallarme, ¡cuánto menos a ti!” (Confesiones V, 2, 2).

Nuestra “gran conversión”: apertura al Misterio de la Encarnación y Redención. Dejarse sorprender como la Madre de Jesús: “fiat” (Lc 1,38), “magníficat” (Lc 1,46), “meditaba en el corazón” (Lc 2,19.51), “estaba de pie” (Jn 19,25), “gran señal” (Ap 12,1).