Viernes semana segunda Cuaresma (1 marzo 2013)

De Corazón a corazón: Gén 37,3-28 (Historia de José); Mt 21,33-46 («A mi hijo lo respetarán… Lo echaron fuera de la viña y lo mataron»)

Contemplación, vivencia, misión: Las figuras emblemáticas del sufrimiento humano en la historia salvífica (Abel, José, Profetas, los Inocentes…) recobran  su verdadero sentido a la luz de Cristo. La agonía de la Cristo continúa en la humanidad sufriente. La humanidad entera (simbolizada por Israel y la Iglesia) sigue siendo la viña amada. En cada criatura y en cada acontecimiento, el Padre nos da a su Hijo  como “consorte (que comparte nuestra vida) y como razón de ser de todas las cosas. “Crucificamos” al Hijo cuando no tenemos tiempo según nuestra escala de valores equivocada y cuando campean nuestras preferencias al margen de los planes salvíficos de Dios Amor.

*En el día a día con la Madre de Jesús: María experimentó este rechazo cuando en Nazaret quisieron despeñar a Jesús (cfr. Lc 4,29).
AÑO DE LA FE: “La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado misericordia divina para con el prójimo; la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte y crucificado, adhesión plena y perfecta a la voluntad del Padre e infinita” (Benedicto XVI, Mensaje Cuaresma 2013). La oración por la elección del nuevo Papa necesita la oración de toda la Iglesia “en sintonía” con “la Madre de Jesús” (Hech 1,14)…

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