Viernes semana cuarta de Pascua (26 abril 2013)

De Corazón a corazón: Hech 13,26-33 («A vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación… Dios lo resucitó»); Jn 14,1-6 («Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí»)

Contemplación, vivencia, misión: Desde que Dios, haciéndose hombre, ha asumido nuestra historia, el camino de la vida humana queda iluminado por su cruz y su resurrección. Sólo en Jesús vemos que Dios ama así: dándose a sí mismo y llevándonos en su Corazón. Nuestra suerte está ligada a la suya.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Las cinco pilastras de la espiritualidad mariana son: conocerla, amarla, imitarla, celebrarla y pedir su intercesión. Meditando como ella las palabras de Jesús, vivimos en sintonía con su «sí», con su «Magníficat» y con su estar «de pie junto a la cruz».

AÑO DE LA FE: La fe es un conocimiento de Cristo vivido personalmente, tal como es, Dios hecho hombre, nacido de María. «La fe ensancha el corazón a creer que aquello que nos parece tan sobre nuestro juicio, aquello tan sobre nuestro merecimiento y medida, aquello es Dios y propio rastro y señal de El» (San Juan de Ávila, Carta 133).

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