DOMINGO DE PENTECOSTÉS (24 mayo 2015)

De Corazón a corazón:  Hech 2,1-11 (“Todos quedaron llenos del Espíritu Santo… Todos oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”); Gal 5,16-25 (“Si vivimos según el Espíritu, caminemos según el Espíritu”); Jn 15,26-27 (“El Espíritu Santo… dará testimonio de mí”); 16,12-15 (“Tomará de los mío y os lo anunciará”)

Contemplación, vivencia, misión: En la ”Iglesia madre”, en el cenáculo con María, “todos quedaron llenos del Espíritu Santo” (Hech 2,4). Cada uno tiene carisma y misión diferentes; pero todo queda en familia, en “comunión de los santos”, como vasos comunicantes. Lo importante es ser coherentes con los carismas recibidos: vivir, caminar, compartir la  misma vida y misión de Cristo. “En Pentecostés, el Espíritu hace salir de sí mismos a los Apóstoles y los transforma en anunciadores de las grandezas de Dios, que cada uno comienza a entender en su propia lengua” (Evangelii Gaudium, n.259).

*El Evangelio en el Corazón de la Madre de Jesús y de la Iglesia: La Iglesia se hace madre como María, “Madre de la misericordia”. “El Espíritu Santo que conduce los pasos de los creyentes para que cooperen en la obra de salvación realizada por Cristo, sea guía y apoyo del Pueblo de Dios para ayudarlo a contemplar el rostro de la misericordia” (Misericordiae vultus n.4).

Los comentarios están cerrados.