Sábado semana 31ª Tiempo Ordinario (7 noviembre 2015)

De Corazón a corazón: Rom 16,3-27 («Todas las Iglesias de Cristo os saludan… La predicación de Jesucristo: revelación de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente»); Lc 16,9-15 («Ningún siervo puede servir a dos señores… no podéis servir a Dios y al dinero»)

Contemplación, vivencia, misión: No se puede vivir con el corazón dividido, porque Dios nos ha hecho para amar de verdad. Y no hay amor verdadero sin inserción en el Corazón de Dios. Las dicotomías son “suicidas”. Los dones de Dios son mensaje de su amor, pero no son Dios. No basta con hacer muchas cosas e incluso recitar muchas oraciones, si el corazón no está abierto al amor de Dios y de los hermanos. Pablo hizo mucho y bien en su acción apostólica, porque su corazón estaba centrado en Cristo sin dicotomías. Eran muchos sus colaboradores y colaboradoras, pero nunca los “utilizó” para su propio interés. “Ninguna persona puede madurar en una feliz sobriedad si no está en paz consigo misma! (Laudato si’, n.225).

*El Evangelio en el Corazón de la Madre de Jesús y de la Iglesia: “Tu Palabra” (Lc 1,38), era el punto de referencia de la Santísima Virgen. Por esto, en su Corazón no había dualidad, sino la sencillez de un “sí” en el que también está insertada nuestra vida.

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